La mano a medida que envejece presenta adelgazamiento del tejido graso, lo que disminuye el grosor de sus tejidos blandos. Aunque  la persona se arregle de su rostro y de su cuerpo, si queremos investigar su edad real podemos notarlo en su cuello y en el dorso de sus manos que son sitios que si no se tratan, denotan los estragos del paso del tiempo. 

Para recobrar el volumen pérdido del dorso de las manos podemos aplicar sustancias como la hidroxiapatita cálcica, la cual además de voluminizar, hará bioestimulación del tejido, recuperando las características de frescura que antes estaban presentes. El único inconveniente de este producto, es que su duración es finita y el paciente tendrá que estarse sometiendo a retoques anuales para mantener la mejoría de sus manos. Este procedimiento puede relizarse sin inconvenientes en el consultorio, con un resultado inmediato. 

La otra opción disponible es la aplicación de grasa llamada lipoinyección, con esto se recupera el volumen y al tener el tejido graso una gran cantidad de células madre también  bioestimula el tejido, mejorando su apariencia. Para realizarla, habrá que extraer unos mililitros de grasa de alguna región corporal para poderse inyectar en el dorso de la mano. Generalmente puede realizarse con sedación y aplicación de anestésico local y de manera ambulatoria sin tener que permanecer en el hospital.